La trascendencia de la ética y los derechos humanos en la sociedad actual

Los académicos del Instituto de Éticas Aplicadas UC, Mauricio Correa Casanova y Fernando Arancibia, fueron parte del congreso internacional “Ética y derechos humanos: formación ciudadana para un futuro mejor”, que se desarrolló en la Universidad Veracruzana, en México. En el evento también participaron la filósofa española Adela Cortina y la académica de la Universidad de la República Oriental del Uruguay, Ana Fascioli.

El congreso internacional “Ética y derechos humanos: formación ciudadana para un futuro mejor”, reunió en octubre en Xalapa-Enríquez, México, al V Congreso Latinoamericano de Éticas Aplicadas y al X Congreso de Enseñanza de la Ética. El encuentro fue organizado por la Universidad Veracruzana, la Red Latinoamericana de Éticas Aplicadas y la Red para la Formación Ética y Ciudadana.

Dirigido a la comunidad académica nacional e internacional, y a la sociedad en general, el congreso tuvo por objetivo contribuir a consolidar una comunidad académica interuniversitaria a nivel latinoamericano en torno a las éticas aplicadas, la promoción del empoderamiento ético en la formación universitaria y en la sociedad civil, además de realizar un balance de las políticas públicas de la región desde un foro académico. Esto, con el fin de impulsar el diálogo ético multidisciplinar, la reflexión crítica y la generación de conocimiento.

Ética de la ciudad

Mauricio Correa Casanova, académico del Instituto de Filosofía UC en cargo compartido con el Instituto de Éticas Aplicadas UC (IEA UC) dio la conferencia inaugural del evento, en la que expuso sobre “Ética de la ciudad: derechos, justicia y sostenibilidad”. 

“La ética no es la solución a nuestros problemas, sin embargo, es condición indispensable, irrenunciable, para que colectivamente podamos lograr acuerdos en torno a las soluciones prácticas para nuestros problemas. La revolución urbana será ética o no será, ya que la ética no es condimento (algo que se añade), es fermento (algo que transforma)”, aseguró Correa.

Sobre el impacto del congreso, señaló que “la ética aplicada tiene una vocación que es aportar para la transformación del mundo y empoderar a la gente y a las instituciones que están a cargo de guiar el rumbo de los países. Así que nuestro horizonte y compromiso es aportar a esa transformación”.

El docente trabaja actualmente en la construcción de una “ética de la ciudad”, cuya investigación explora una nueva interfaz disciplinaria que relaciona la ética con la arquitectura y el urbanismo, a los que incorpora aportes de la sociología, geografía y antropología.

Ética, economía y empresa

El profesor del Instituto de Éticas Aplicadas, Fernando Arancibia, participó en el panel temático “Ética, economía y empresa”, instancia en la que se discutieron los principales desafíos que enfrentan las empresas en América Latina, con un enfoque en garantizar el respeto por los derechos y la dignidad de las personas. También se reconocieron los intereses económicos que estas organizaciones representan y la importancia de la universidad en la formación de profesionales capaces de responder a estas necesidades.

En su presentación habló sobre la vulnerabilidad y su vínculo con la economía y la empresa. “Hay un sustrato propio de la condición humana que hace que la persona sea, esencialmente, vulnerable tanto en un sentido constitutivo como circunstancial. La economía es permeable a la vulnerabilidad porque tiene un fundamento ético. Ese fundamento ético, como así también algunas concepciones recientes sobre el bienestar económico, permiten ampliar la concepción estrecha que a veces se tiene de la economía como un saber meramente técnico”, explicó Arancibia.

Sobre su participación en el congreso, el académico afirmó que “fue una instancia única para establecer lazos con investigadores de primera línea en las éticas aplicadas. Los temas fueron muy interesantes, contingentes y suscitaron gran interés en el público”.

Arancibia también dio una charla sobre “El papel de la ética en las ciencias administrativas” para el doctorado en Ciencias Administrativas y Gestión para el Desarrollo, de la Universidad Veracruzana, enfocada en temas como la ética, el bien común y el combate a la pobreza.

Igualdad de género y éticas aplicadas

El congreso finalizó con la conferencia de la académica de la Universidad de la República Oriental del Uruguay, Ana Fascioli, acerca de la “Igualdad de género y éticas aplicadas”.

En su presentación, la académica explicó que “las diferentes éticas aplicadas se han vinculado de modos distintos, no homogéneos sino con diferentes intensidades, con el eje transversal del feminismo”, agregando que “la igualdad de género de una ética cívica mínima es aquella que debe articular a las éticas aplicadas. Se trata, entonces, de una exigencia de justicia”.

Concluyó asegurando que “la desigualdad de género es un problema persistente en América Latina; es un rasgo estructural de las sociedades latinoamericanas. Además, tiene un componente altamente ideológico, en el sentido de ser un problema enfrentado constantemente a la fuerza de la invisibilización. En estas tierras es aún necesario dar cuenta del problema, volver a plantearlo y a justificarlo, ponerlo como tema de conversación”.

El rol de las universidades en la formación ética

A propósito del congreso, el rector de la Universidad Veracruzana, Martín Aguilar Sánchez, relevó que en el mundo contemporáneo “hace falta una renovada creatividad ética que discurra entre individuos, familias, instituciones y sociedades, que ponga el acento en el valor insuprimible de la razón y que, en suma, aliente una educación libre, pero responsable; autónoma, pero social; ciudadana y éticamente consciente”. 

La conferencia magistral del congreso, “La misión de las éticas aplicadas en la universidad del siglo XXI”, estuvo a cargo de la filósofa española, Adela Cortina, quien destacó en su ponencia que “la universidad, para seguir siendo una institución clave de nuestras sociedades, debe adoptar actitudes y modelos que tienen mucho que ver con las éticas aplicadas”.

Explicó que “las universidades servirán mejor a la sociedad si son capaces de trabajar en distintos ámbitos que son parte de la realidad social. Esas metas son las que tienen que ser cubiertas con profesionales excelentes, que sean capaces de mejorar sus capacidades para ponerlas al servicio de la sociedad”.Al congreso asistieron, de manera presencial o virtual, participantes de Chile, Colombia, Ecuador, España, México, Perú y Uruguay.