La invitación a hacer una filosofía política de la ciencia
“El nuevo problema de la demarcación y los desafíos para una filosofía de la ciencia cargada de valores” fue el tema de la primera charla del Ciclo de Conferencias en Éticas Aplicadas 2025, organizado por el Instituto de Éticas Aplicadas UC. La ponencia de Juliana Gutiérrez Valderrama, doctora en filosofía por la Universidad de los Andes de […]

“El nuevo problema de la demarcación y los desafíos para una filosofía de la ciencia cargada de valores” fue el tema de la primera charla del Ciclo de Conferencias en Éticas Aplicadas 2025, organizado por el Instituto de Éticas Aplicadas UC.
La ponencia de Juliana Gutiérrez Valderrama, doctora en filosofía por la Universidad de los Andes de Colombia, explicó que, en las últimas décadas, ha habido un gran esfuerzo en el ámbito de la filosofía de la ciencia por argumentar en contra del llamado “ideal de la ciencia libre de valores”.
Argumentó que para la filosofía abandonar este ideal ha implicado un nuevo desafío normativo. Destacó las posturas de los autores Bennet Holman y Torsten Wilholt (2022), quienes postulan que el rechazo al ideal de la ciencia libre de valores ha planteado un “nuevo problema de la demarcación” y toda salida a dicho problema debería satisfacer los desiderata: veracidad, universalidad y autoridad.
“Cualquier solución al problema de la demarcación debe asegurar que la ciencia refiera a conseguir conocimiento y que ese conocimiento pueda ser utilizado por cualquier persona y para cualquier propósito, independientemente de sus valores. Y, adicionalmente, que la ciencia sea percibida como socialmente confiable y legítima”, explicó.
Sobre la base de lo expuesto, Gutiérrez afirmó que, a pesar de estar de acuerdo con la caracterización del nuevo problema de la demarcación, no concuerda con la tesis de que cualquier solución tiene que satisfacer los tres desiderata. Para ella una solución satisfactoria al nuevo problema de la demarcación no implica cumplir con todas las condiciones anteriores y opina que definir estos criterios demanda abordar preguntas de la filosofía política que “la ciencia había dejado de lado por mucho tiempo, y ahora se vuelven centrales para responder a este nuevo problema normativo”.
El ideal de la ciencia libre de valores
Gutiérrez argumentó que si se excluyen de la ciencia aspectos sociales, políticos, religiosos, económicos y morales, se va a poder conocer mejor la realidad, independientemente de lo que se quiera o prefiera.
Y señaló que se asocian tres aspectos a una ciencia libre de valores. i) Imparcialidad: los valores no epistémicos no pueden jugar el rol de evidencia ni pueden determinar una decisión científica. ii) Neutralidad: el conocimiento científico no puede presuponer o soportar un conjunto de valores específico. Debería ser compatible con cualquier conjunto de valores. iii) Autonomía: los científicos y las científicas deben ser libres de tomar decisiones epistémicas, lo que refuerza tanto la imparcialidad como la neutralidad.
En relación con ello, los autores Holman y Wilholt señalan que la ciencia libre de valores busca garantizar la veracidad, la universalidad y la autoridad, y que por lo tanto, si se abandona el ideal, lo importante es aún mantener estas tres máximas.
Gutiérrez explica el problema citando a Anderson (2004): “En el fondo, (lo que parece) preocupante de permitir que los juicios de valor guíen la investigación científica no es tanto que estos tengan contenido evaluativo, sino que estos juicios puedan ser adoptados dogmáticamente, al punto de no permitir el reconocimiento de evidencia en contra. Debemos asegurarnos de que los juicios de valor no operen de tal forma que lleven a la investigación a una conclusión predeterminada”.
Lo que defiende Gutiérrez es que “la imparcialidad está asociada a la veracidad, es decir, lo más seguro es que los valores no estén jugando un rol de evidencia y no estén predeterminando algún tipo de solución científica. Me estoy asegurando así de que el conocimiento que estoy adquiriendo en efecto sea del mundo y no algo que refleje lo que yo quiero o lo que deseo. Por otro lado, la neutralidad busca garantizar la universalidad, es decir, si el conocimiento científico no presupone un conjunto de valores, entonces cualquier persona podría hacer uso de ese conocimiento científico para cualquier propósito, porque es compatible con todo. Si no está presuponiendo ningún conjunto de valores, cualquier persona va a considerar ese conocimiento como confiable y, por lo tanto, le va a atribuir autoridad al conocimiento científico. Finalmente, la autonomía también busca asegurar esa universalidad y esa autoridad”.
Argumentos contra el ideal de la ciencia libre de valores
Juliana Gutiérrez explicó que los argumentos en contra de la imparcialidad revelan que el ideal de la ciencia libre de valores no es suficiente, y más bien es indeseable, para asegurar que la comunidad científica adquiera conocimiento. Sin embargo, se mantiene la preocupación por adquirir conocimiento que sea empíricamente adecuado, confiable y útil. Pero la libertad de valores, con la premisa de la imparcialidad, no asegura llegar a ese tipo de conocimiento; en el caso de la veracidad, se puede mantener el conocimiento.
Añadió que los argumentos en contra de la neutralidad son abiertamente contrarios a la universalidad, por lo que el conocimiento no puede ser universal. Precisó que es muy difícil asegurar que el conocimiento que se está produciendo puede ser utilizado por cualquiera para cualquier propósito, porque hay propósitos que no son considerados deseables.
Finalmente, los argumentos en contra de la autonomía, indicó, invitan a repensar o abandonar la universalidad, pero persiste el problema de cómo justificar que la ciencia es un conocimiento confiable y socialmente legítimo a pesar de que puede ir en contra de los propios valores de las personas.
Estrategias de demarcación
Sobre las distintas estrategias de demarcación, la expositora señaló que buscan responder a diferentes desafíos y se pueden desarrollar dependiendo del tipo de “libertad de valores” que se quiere criticar, además del desideratum que se busca rechazar o satisfacer.
“En este sentido, no todas las estrategias de demarcación deban satisfacer a los tres desiderata. Aunque todos los marcos normativos de la ciencia cargada de valores estén igualmente comprometidos con la veracidad, ello no ocurre con la autoridad y la universalidad”, explicó.
Finalmente, Gutiérrez aseguró que “aceptando que la ciencia no está representando todos los conjuntos de valores de la sociedad, y esas son preguntas de la filosofía política, para resolver este nuevo problema de la demarcación, la filosofía de la ciencia tiene que hacer filosofía política. Por lo tanto, es una invitación a hacer una filosofía política de la ciencia”.
Juliana Gutiérrez Valderrama
Juliana Gutiérrez Valderrama es doctora en filosofía por la Universidad de los Andes e hizo su pregrado y maestría en filosofía en la Universidad del Rosario, ambas de Colombia.
Ha trabajado, principalmente, en ámbitos académicos como docente e investigadora en las áreas de filosofía de la ciencia, lógica y metodologías de investigación en ciencias sociales.



Invitamos a ver la conferencia completa: