La persona humana como el principal foco de las universidades en la era digital
En la última charla del Ciclo de Conferencias en Éticas Aplicadas 2024, organizado por el Instituto de Éticas Aplicadas (IEA) UC, la académica Alejandra Marinovic expuso sobre “Las universidades y la brecha digital desde el enfoque de capacidades”, tema de investigación que es parte del libro “The university in the digital age”, del Instituto de Estudios Europeos y […]

En la última charla del Ciclo de Conferencias en Éticas Aplicadas 2024, organizado por el Instituto de Éticas Aplicadas (IEA) UC, la académica Alejandra Marinovic expuso sobre “Las universidades y la brecha digital desde el enfoque de capacidades”, tema de investigación que es parte del libro “The university in the digital age”, del Instituto de Estudios Europeos y Derechos Humanos de la Universidad Pontificia de Salamanca, España.
“Este libro tiene un enfoque específico en Latinoamérica. Aporta mucho conocer realidades latinoamericanas y cómo esas realidades contextualizadas aparecen como factores prudenciales al momento de encontrar recomendaciones desde el punto de vista ético, específicamente desde la perspectiva de la ética del desarrollo, y por eso utiliza fundamentalmente el enfoque de capacidades”, señaló la académica del IEA.
Agregó que “en este análisis vamos a ver que, si bien el avance de la tecnología ofrece numerosos beneficios, al mismo tiempo, está fomentando, a una velocidad acelerada, brechas digitales”.
La educación en el enfoque de capacidades
La investigadora se basó en Walker y Unterhalter (2007), quienes proponen que el enfoque de capacidades deriva de la centralidad de la dignidad humana y ofrece un amplio marco normativo para conceptualizar y evaluar el bienestar individual y las instituciones sociales. Aunque no se trata de una teoría completa de la justicia, se enfrenta a cuestiones sobre el equilibrio entre las libertades y la igualdad.
Por su parte, Sen (1992, 1999) sostiene que el desarrollo humano debe apuntar a aumentar las libertades para que toda persona pueda buscar las opciones que valore.
“La educación desempeña un papel central en el enfoque de capacidades; está relacionado con cuatro conceptos: libertades, funcionalidades, capacidades y agencia. Es decir, si vamos a hablar de educación, el enfoque de capacidades es una herramienta muy importante para tener marcos normativos”, aseguró Marinovic.
Añadió que “puede que sea imposible eliminar la brecha digital o incluso que no sea deseable, dadas las eventuales diferencias en las opciones y los valores individuales; sin embargo, los elementos normativos anteriores proporcionan una base para argumentar qué debe reducirse cuando afecta negativamente a las libertades, los funcionamientos, las capacidades y/o la agencia de la persona”.
Demandas sociales y éticas generadas por la brecha digital
La investigación, según Marinovic, se centra en dos ideas principales: 1) la brecha digital genera demandas sociales y éticas más fuertes para las universidades en todos los niveles de sus actividades (educación, investigación y servicio a la comunidad) y en todos los niveles de la brecha digital (acceso, habilidades y uso, además de resultados). Y 2) mantener el foco de las universidades en la persona humana y no en la tecnología como fin, se presenta como un desafío importante en la era digital, particularmente en las casas de estudio latinoamericanas.
“La desigualdad es un fenómeno multidimensional y necesitamos elementos normativos para decir cuándo es demasiado o cuándo son niveles aceptables desde el punto de vista plural”, señaló la académica.
En este contexto, Marinovic propone plantear la discusión desde la perspectiva del enfoque de capacidades para el desarrollo humano.
Por una mejor ciudadanía y sociedades excelentes
Desde el enfoque de capacidades, y con la identificación de tres grandes tareas universitarias (educación, investigación y transmisión de conocimientos), además de los tres niveles de la brecha digital (enfoque en acceso, habilidades y uso, y resultados), la académica propone construir una matriz de recomendaciones de 3×3.
También, instala la discusión de que lo esencial respecto de cómo las universidades deben aproximarse a su labor es la persona humana. “Bajo la perspectiva del enfoque tecnocrático, la tecnología se convierte no sólo en un medio, un instrumento, sino en una forma de aprehender las cosas y, por lo tanto, el conocimiento se convierte en factibilidad técnica. Además, cuando la relación con la naturaleza está mediada por la tecnología bajo este paradigma, se produce un imperativo tecnológico, un deseo infinito de más, que restringe la libertad humana”, destacó Marinovic.
Enfatizó en que mantener el enfoque universitario en la persona humana en la era digital ayuda a no caer en el paradigma tecnocrático, que las universidades deben evitar fomentando todas las formas de conocimiento, desde una postura universal, para contribuir no sólo a la vida profesional y personal de los estudiantes, sino también a una mejor ciudadanía y a sociedades con niveles de excelencia.
Por lo tanto, si las universidades pierden de vista lo que es importante para el florecimiento humano, no podrán percibir y evaluar los efectos de las crecientes brechas digitales, lo que a su vez dañará progresivamente las oportunidades de desarrollo de las personas y de las sociedades, concluyó la académica.
Alejandra Marinovic
Alejandra Marinovic es profesora asistente del Instituto de Éticas Aplicadas de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es ingeniera comercial y magíster en Economía de la UC, además de master y doctora (PhD) en Economía por Columbia University, Estados Unidos. Hasta el año 2021 fue profesora de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez. Previamente se desempeñó en el servicio público como asesora en el área de asuntos internacionales del Ministerio de Hacienda y como economista senior del Banco Central de Chile.
Sus áreas de especialidad son la ética de los negocios, además de la ética del desarrollo y de las políticas públicas. En economía, se ha especializado en economía internacional, macroeconomía aplicada y economía laboral. Sus investigaciones más recientes se refieren a confianza y educación ciudadana.
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