El Instituto de Éticas Aplicadas UC amplía su equipo de profesores para abordar nuevas áreas en docencia e investigación
Con la incorporación desde marzo de cuatro profesores nuevos a su planta ordinaria, el Instituto de Éticas Aplicadas UC (IEA) concluye una primera etapa de construcción de esta unidad académica interdisciplinaria, que en mayo de 2025 cumplirá tres años de existencia. Juan Larraín, director del IEA, destaca que “la llegada de estos profesores nos permite abrirnos a […]

Con la incorporación desde marzo de cuatro profesores nuevos a su planta ordinaria, el Instituto de Éticas Aplicadas UC (IEA) concluye una primera etapa de construcción de esta unidad académica interdisciplinaria, que en mayo de 2025 cumplirá tres años de existencia.
Juan Larraín, director del IEA, destaca que “la llegada de estos profesores nos permite abrirnos a nuevas áreas de docencia e investigación, como derechos humanos, ética de la investigación en ciencias sociales, doctrina social de la Iglesia, ética de las instituciones de salud e integridad académica, y con ello cerrar este 2025 exitosamente los tres años de la etapa fundacional del Instituto”.
Los académicos que estarán aportando a esta diversidad de áreas de las éticas aplicadas y contribuyendo a la interdisciplina del Instituto son Oriana Bernasconi, académica del IEA y miembro del Centro UC para el Diálogo y la Paz; y Beatriz Moya, académica del IEA. Además, en cargos compartidos, Thana de Campos-Rudinsky, académica de la Escuela de Gobierno UC y el IEA; y Cristián Hodge, académico del IEA y la Facultad de Teología UC.
Con estas incorporaciones, integran a la fecha el equipo del Instituto 13 académicos, dos profesionales y un becario de postdoctorado. “Entre todos vamos a apoyar y aportar a la formación en ética en un grupo más amplio de disciplinas, formar grupos de investigación interdisciplinaria con diversas facultades y contribuir a la ética universitaria”, puntualiza Larraín.
Las motivaciones para ser parte del IEA
Consultados los profesores por las motivaciones que los llevaron a postular al IEA, a Oriana Bernasconi, doctora en sociología por la London School of Economics and Political Science (Inglaterra), la entusiasmó la responsabilidad de integrar en la formación de profesionales UC la perspectiva ética de los derechos humanos, desde el IEA y posteriormente desde el Centro UC para el Diálogo y la Paz, del que también forma parte.
Además, Bernasconi considera que “la incorporación a un espacio interdisciplinar, en formación y con propósitos transversales y específicos de largo alcance es muy estimulante en estos momentos de mi trayectoria académica. Quiero aprender del ejercicio académico de mis colegas y de las miradas que sus formaciones ofrecen. Imaginar proyectos interdisciplinares desde el IEA, para responder de modo más integral a problemas actuales, me parece un horizonte muy interesante al cual aspirar colectivamente”.
Proyecta con su trabajo en el IEA “fortalecer la temática de los derechos humanos como área y perspectiva de investigación en estrecha relación con el Estado y las organizaciones sociales. También, apoyar la oferta formativa en derechos humanos en la UC, contribuir a la producción de conocimiento interdisciplinar desde el Instituto y tender puentes con el Centro UC para el Diálogo y la Paz”.
Beatriz Moya, doctora en Investigación con especialización en Liderazgo Político y Gobernanza por la University of Calgary (Canadá), opina que “el Instituto de Éticas Aplicadas constituye un espacio destacado dentro de la región para quienes buscan generar culturas basadas en la reflexión ética. Por lo tanto, tengo la convicción que desde aquí podré aportar a la cocreación de conocimiento local hispanoamericano sobre el liderazgo en integridad académica. Además, el énfasis del IEA en explorar desafíos éticos contemporáneos desde una mirada interdisciplinaria, me proporcionará las herramientas para aportar a la multiplicidad de diálogos internacionales en el campo de la integridad académica, nutriéndome de las perspectivas de quienes integran el Instituto”.
La profesora asegura creer firmemente que la ciencia se construye sobre la base de la cooperación, la mentoría y la inclusión, y que debe comunicarse abiertamente de formas que consideren las necesidades y características de distintos actores. Por eso, asevera, “mi compromiso con la movilización de conocimientos y el acceso a la información científica es un eco del compromiso que otros han asumido antes que yo y espero aportar lo necesario para que ese eco siga resonando con fuerza en las futuras generaciones”.
Para la doctora en Derecho por la Universidad de Oxford (Inglaterra) Thana de Campos-Rudinsky, fue importante que, más allá de buscar soluciones, la ética aplicada ayuda sobre todo a hacer las preguntas clave. “Estoy muy entusiasmada en ser parte de una comunidad interdisciplinaria y dinámica, que está creciendo y que busca analizar con profundidad problemas sociales variados e importantes. Y tener un espacio común donde se pueda reflexionar colectivamente sobre cuáles son estas preguntas clave es intelectualmente muy estimulante”, asegura.
Con su foco investigativo puesto en temas vinculados al amor, entre otros, de Campos-Rudinsky, quien es además profesora asociada de la Escuela de Gobierno UC desde 2018, afirma que “la mirada ética que propongo, así como el amor mismo en nuestra vida real cotidiana, es un work in progress, y como tal hay sesgos y puntos ciegos. En el IEA, donde se permite detenerse para la autorreflexión, quiero pensar qué demanda (o no) el amor de cada uno de nosotros, en distintos contextos”.
“Desde hace años que estoy investigando el diálogo interdisciplinar entre la ética y la economía”, comenta el doctor en Teología por la Universidad Católica Cristián Hodge, para quien “el IEA es el lugar más apropiado para seguir en este diálogo interdisciplinar. Además, en la UC están no sólo las unidades académicas que permiten esta interdisciplinariedad, sino que hay mucho interés entre los académicos en hacer este puente entre disciplinas, sobre todo en vistas a colaborar con el auténtico desarrollo humano de Chile”.
Según Hodge “la interdisciplinariedad es una de las claves para la comprensión de los problemas humanos, económicos, políticos y sociales, y las éticas aplicadas aportan en la solución de estos problemas. El diálogo en la universidad se da desde la razón y también desde la cordialidad. Por eso, el IEA está llamado a contribuir con este desafío y estoy contento de ser parte de este equipo de académicos y académicas”.
IEA: Expertos en formación e investigación en ética
Dada la misión del IEA de “aportar al desarrollo de un hábito de discernimiento ético en personas e instituciones mediante la docencia de pre y posgrado, la investigación interdisciplinaria y el vínculo con la comunidad”, desde su creación hace casi tres años, el Instituto ha ido cumpliendo exitosamente estos objetivos, afirma su director.
El profesor Juan Larraín se hace eco de la satisfacción que representa para el equipo del IEA “ya estar dando clases de ética aplicada en diversas profesiones a cerca de 1.500 estudiantes al año, impactando en cerca de 10 carreras distintas de pregrado. Y en marzo de 2025 empezaremos a dictar el Magíster en Éticas Aplicadas, que nos permitirá aportar a la formación ética de personas que trabajan en el mundo público y privado, así como también ayudar al perfeccionamiento de quienes trabajan en instituciones de educación superior”.
Concluye Larraín que los docentes del IEA “se han posicionado como expertos en investigación en temas de ética en áreas tan relevantes como la inteligencia artificial, neuroética, tecnología, economía, finanzas, desarrollo humano y ética animal, entre otros”.
